El queso manchego de oveja es un ícono de la gastronomía española, arraigado en la región de La Mancha. Elaborado tradicionalmente con leche de oveja, su sabor distintivo lo ha elevado a la categoría de símbolo culinario, reconocido tanto a nivel nacional como internacional. Su textura firme y su sabor intenso lo convierten en un favorito entre los amantes de la buena comida.
La elaboración del queso manchego de oveja es un proceso artesanal transmitido de generación en generación. La leche se coagula con cuajo natural y se deja reposar, adquiriendo así su característica consistencia. Posteriormente, se prensa, se sala y se madura en bodegas durante meses o incluso años, desarrollando su sabor único y sus aromas distintivos.
Presentado en ruedas con su característica corteza en relieve, el queso manchego de oveja exhibe una amplia gama de colores, desde el blanco marfil hasta el amarillo pálido, según su tiempo de maduración. Su sabor es notable por su intensidad aromática, que va desde lo afrutado hasta toques picantes y herbáceos.
Este queso es un deleite por sí solo, pero también se disfruta acompañado de frutos secos, membrillo o como ingrediente principal en platos típicos españoles como la tortilla de patatas o las tapas. Además, es una fuente excelente de calcio y proteínas, haciéndolo una opción nutritiva.
En resumen, es un verdadero tesoro gastronómico, imprescindible en la mesa de quienes valoran la buena comida. Su sabor único, textura firme y versatilidad culinaria lo convierten en un manjar que deleita a todos los paladares, invitando a descubrir el auténtico sabor de España.
Elaboramos productos tradicionales en la manera y forma que viene realizándose hace mucho tiempo, con recetas y procedimientos seculares
